FILANTROPÍA/ Retrocesos y esperanza en la cooperación mundial
Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas.
La cooperación mundial se estanca. Pero al unísono, también hay algunos focos de impulso positivo, como la firma del Pacto del Futuro de las Naciones Unidas.
Desde el «oportunismo planificado» hasta la «segmentación estructural», los líderes pueden adoptar nuevas estrategias para reactivar la cooperación en 2025 y más allá justo cuando el mundo se enfrenta a una serie de desafíos ambientales, económicos y de seguridad urgentes… pero el tiempo se agota para abordarlos.
La seguridad mundial se encuentra en un punto crítico, con el mayor número de conflictos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Incluso hay otros desafíos: Se prevé que el crecimiento mundial en 2025 se mantenga estable, pero sólo de 3,2%.
Esto mientras solo el 17% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas van por buen camino. La salud y el bienestar están en juego y la tendencia de los años de vida ajustados a la discapacidad a nivel mundial comienza a aplanarse después de los avances recientes.
La transición energética hacia un futuro de cero emisiones netas aún se encuentra en sus primeras etapas: solo alrededor del 10% de las tecnologías de bajas emisiones requeridas para 2050 se implementan en la mayoría de las áreas.
Este contexto desafiante plantea una pregunta fundamental: ¿Qué forma de cooperación global se necesita para abordar los desafíos de esta nueva era?
La cooperación mundial es superior a los niveles anteriores a la pandemia, pero se estancó en los últimos tres años.
El continuo deterioro de la paz y la seguridad mundiales es un factor clave en esa inmovilidad. El aumento de los conflictos y el elevado número de personas desplazadas por la fuerza son problemas importantes y persistentes.
Esto mientras la cooperación comercial y de capital también disminuye ligeramente. Sin embargo, se detectan flujos crecientes de capital, servicios y personas en general.
Ante esta avalancha de desafíos no todo está perdido. Hay algunas señales positivas de que la agenda de cooperación está avanzando. En septiembre de 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó el ambicioso Pacto del Futuro, la culminación de nueve meses de negociaciones, diseñadas para «sacar al multilateralismo del borde del abismo», como declaró el secretario general de la ONU, António Guterres.
La cooperación en torno al clima y el capital natural sigue siendo un referente brillante y en salud mejora la esperanza de vida. Además, la digitalización de la economía mundial impulsa una mayor cooperación en la innovación y tecnología.
Así, se necesitan nuevos mecanismos para trabajar juntos en prioridades clave, incluso cuando no están de acuerdo en otras. Los últimos años sugieren que esto es posible, y hay fuertes señales de cooperación. Para avanzar, se tendrán que abordar los desafíos urgentes de seguridad mundial. También deben permanecer abiertos a nuevos enfoques de cooperación que puedan ofrecer la mayor oportunidad de soluciones eficaces.