Ciberacoso en México: 18.9 Millones de Víctimas en 2024. El Silencio Nos Hace Cómplices

México vive una crisis profunda que avanza en silencio: el ciberacoso. De acuerdo con cifras del INEGI, más de 18.9 millones de personas fueron víctimas de violencia digital en 2024, es decir, uno de cada cinco usuarios de internet mayores de 12 años. En plena temporada vacacional, el dato no puede pasar desapercibido: el acoso no se toma descansos y sus consecuencias emocionales, sociales y económicas son tan devastadoras como invisibles.
Protocol AB indica que la violencia digital tiene rostro y tiene patrón. Las mujeres son las más afectadas (22.2%), seguidas por los hombres (19.6%). En algunos estados, la incidencia se dispara: Yucatán encabeza la lista nacional con un 29.7% de prevalencia, seguido de San Luis Potosí (26.9%) e Hidalgo (26.2%). Los agresores se escudan tras identidades falsas (36%), difunden mensajes ofensivos (34%) o realizan llamadas intimidatorias (22.6%), usando sobre todo WhatsApp (39.8%) y Facebook (39.7%) como armas de agresión.
Y el organismo especializado añade: “el impacto emocional es demoledor. Más de la mitad de las víctimas (58.6%) se declara profundamente enojada, el 36.7% desarrolla desconfianza hacia su entorno, y el 30.1% vive con miedo constante. En las mujeres, el temor se dispara: una de cada tres (34.5%) reporta haber sentido miedo real por su seguridad. Y el dato más inquietante: en casi 7 de cada 10 casos, la víctima no conocía al agresor”. El anonimato se ha convertido en un escudo para los violentos y una trampa para las víctimas.
También advierte que el problema no termina en redes sociales: se extiende y enraíza en las aulas. Siete de cada diez estudiantes mexicanos ha sufrido o presenciado bullying. Tan solo en la Ciudad de México, los reportes de acoso escolar aumentaron un 205% en los últimos cinco años. Este fenómeno no solo destruye la convivencia escolar: cuesta más de 7 mil millones de pesos al año, principalmente por las secuelas en la salud mental de niñas, niños y adolescentes: ansiedad, depresión, autolesiones e incluso suicidio.
El ciberacoso y el bullying no son fenómenos separados: son dos caras de la misma violencia. Se alimentan mutuamente. Y el entorno digital amplifica el daño, lo hace viral, imparable y muchas veces letal. Las víctimas de acoso digital duplican su riesgo de intento suicida. Pese a ello, apenas el 10% de las escuelas en América Latina cuenta con protocolos eficaces para enfrentar el problema.
Frente a este panorama, hay una luz de esperanza. En noviembre de 2025 se presentará la Norma BULL-LI:2025/A, una herramienta que propone una política integral de prevención, atención y seguimiento del acoso escolar y digital, sustentada en el modelo ADIPS (Atención, Detección, Intervención, Prevención, Seguimiento, Sanción y Apoyo). Su objetivo es claro: erradicar la violencia en los espacios educativos y proteger de forma real a quienes más lo necesitan.
Protocol AB es contundete y hace un llamado urgente y colectivo: madres, padres, docentes, periodistas, legisladores, autoridades educativas y responsables de política pública. No podemos seguir normalizando el acoso. No podemos permitir más infancias rotas por la violencia digital.
Callar es ser cómplice. Prevenir es salvar vidas. Actuar es una obligación ética y social.